sábado, 6 de octubre de 2018

Albino y Restauración Nacional.

Fue una apuesta para perder en grande. Fue una apuesta fatal que desperdició las energías y el ímpetu de una huelga que contó con la simpatía de una mayoría ciudadana, y cuya causa en lo que toca a la justicia tributaria era más que atendible.
Ciertamente, el proyecto de ley presentado por el Ejecutivo distó mucho de ser una solución al grave problema de la justicia tributaria, más por lo que no incluía, por lo que no decía de los grandes capitalistas evasores y de los no incorporados al régimen tributario. Porque el libertinaje del que gozan importantes sectores de la plutocracia es inadmisible, es inmoral. Lo de la Dos Pinos y Coopearroz, por ejemplo, fue indigerible; lo de las zonas francas impresentable. Quedaron exentas de impuestos con el apoyo corrupto de Restauración Nacional, y con el apoyo de clase empresarial del PLN y del PUSC.
¿Por qué con el apoyo corrupto de Restauración Nacional? Porque ayer votaron en primer debate en contra de la reforma fiscal, pero a su vez fueron los artífices, de manera mancomunada, del destrozo final del proyecto de ley en favor de los más ricos. El voto de Restauración Nacional fue un voto hipócrita, rastrero y calculado. Entendieron que sin sus votos la reforma pasaría el primer debate y decidieron aparentar una oposición inexistente frente a las franquicias de la oligarquía.
Ejecutó Restauración Nacional la comedia de oponerse a sus propias iniciativas sicalípticas, puesta en escena de una moral obscena y escabrosa. ¿Habrase visto mayor inmoralidad en este episodio? Sinvergonzonería con el que el sindicalismo bailó. Lamentable. Peligroso. Restauración Nacional sigue siendo -ahora fortalecida- la opción populista de derecha, quizás la antesala de una proclama fascista, que acecha desde su propia Sodoma y su pestilente Gomorra, al régimen de libertades de nuestra nación.
Pero la alta dirigencia gremial pasa por alto este “detalle” y le aplaude el voto espurio hecho en la Asamblea Legislativa. ¿Quién triunfó en esta huelga mal conducida? Los grandes capitales y sus partidos políticos, y el populismo extremista de derecha. ¿Y quiénes son los derrotados? Los trabajadores. Se hiere en lo hondo la democracia cuando la moral de los trabajadores se desbarranca y cuando su potencia de organización se debilita. ¿Ganó Costa Rica? Sí. El temor de no tener plata para para pagar las deudas, las propias y las contraídas con los acreedores externos, podrá solventarse en el corto plazo. Sin embargo, esto solo es un modesto principio a una solución justa y real.
¿Responderán Albino y sus acólitos por su parte en este desastre político? No me cabe duda que ahora que las aguas vuelven a su cauce Albino es el hombre más feliz del mundo. En el fondo los plutócratas le agradecen sus servicios, en el fondo Restauracion Nacional lo bendice. Porque Restauración Nacional no sigue a Dios sino al capital, porque de suyo invoca los 30 denarios con el que Jesús fue traicionado.
La maldad de Restauración Nacional es proverbial. Mientras Carlos Avendaño salía a la calle a “apoyar” a los manifestantes y Albino Vargas Vargas anunciaba alegremente, literalmente gozoso, la rotunda “oposición” de Restauración Nacional al paquete fiscal, este partido nacido del averno, que casi se hace del poder y que hoy es la segunda fuerza política que en el parlamento votó indignidades para beneficiar a la plutocracia y en detrimento de los trabajadores.

http://www.elpais.cr/2018/10/06/albino-y-restauracion-nacional/

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