jueves, 25 de enero de 2018

LO QUE EL CANCILLER GONZÁLEZ NO DIJO

Nuestro canciller, don Manuel González Sanz, en su último discurso ante la OEA y en relación con la aplicación de la Carta Interamericana Democrática a Venezuela, dijo lo siguiente: "Costa Rica insiste una vez más en un llamado a la paz y a la concreción de un acuerdo nacional, incluyente, viable y negociado, en el que todos los actores políticos, sociales y económicos de ese país, trabajen sin pausa y de inmediato, para devolverle la estabilidad, la tranquilidad y la esperanza a su pueblo”. Bueno, nadie en su sano juicio puede oponerse a estas aseveraciones. El problema es otro porque el frio no está en las cobijas. Debe saberse que la aplicación o no de la CID es una decisión politica con base en valoraciones políticas. Ese es el terreno del debate.
Sirvan las palabras del canciller como ilustración de lo que no se dice y de lo que Luis Almagro no dice. Existe en la OEA un silencio cómplice en relación con una las partes en conflicto; me refiero a la dirigencia de la MUD que controla la Asamblea Nacional. No podemos "quedar en deuda" con la sociedad, usando la misma expresión del canciller, cuando no se entiende o no se quiere entender la integralidad del "diferendo", para decirlo bonito.
He expresado por escrito que la paz y la gobernanza son requisitos sine qua nom para que una democracia prospere o revierta una situación de crisis, sin embargo, el hilo narrativo se distorsiona con silencios inadmisibles, y es inadmisible cuando una valoración politica no es justa en equidad y proporcionalidad, cuando hace caso omiso de la responsabilidad de todas las partes.
¿Qué es lo que no se dice? De entrada es absurdo exigirle al Ejecutivo de Venezuela absolutamente todo y nada, pero nada, a la MUD que controla uno de los poderes del Estado. ¿Olvida, acaso, el señor ministro, que la Asamblea Nacional tiene una responsabilidad que cumplir y no la cumple y, más bien, organiza a sus cargos electos para asaltar el poder de forma violenta, como lo están haciendo? ¿Por qué nuestro ministro no le pidió a la MUD pacificarse y disolver sus grupos de choque? Ahí está el "detalle".
Y es que la normativa invocada y expuesta en los artículos 20 y 21 debe complementarse necesariamente con el tino politico y con el juicio más cercano a la justicia ¿Por qué tanta asimetría? ¿Tanto doble rasero? Es que desaparecer a la MUD del mapa de responsabilidades ya acarrea un vicio moral y politico. Y este hecho descarrila la legitimidad político-moral de la OEA e invita a dudar gravemente sobre la buena fe de los 18 votos que autorizaron un procedimiento con una intención inconfesable.
Pasar por alto las tácticas terroristas de la MUD es vergonzoso. ¿Dónde se encuentra el ahogado grito en contra del terrorismo? El canciller pide diálogo, pero es la MUD la que no lo quiere. Sino que le pregunte al mismísimo José Luis Rodríguez Zapatero, al papa Francisco o a Leonel Fernández, para citar unos nombres.
De Costa Rica se espera que luche por la paz, que defienda la paz. Nadie le pide al gobierno nacional que sea amigo del presidente Maduro, pero cabe exigirle decoro diplomático en favor de la paz. Costa Rica perdió una oportunidad para enaltecer su política exterior; perdió la ocasión para ser una sólida voz de la paz.

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