IDENTIDAD DE GENERO Y DIGNIDAD
Una sociedad de principios democráticos no debe dormir tranquila mientras hayan ciudadanos tratados como de segunda categoría.
Hay ciudadanos que no han cometido delito alguno ni falta civil y que son sancionados por quienes son. Ignorar, mancillar o detractar a un ser humano por su identidad como persona contraviene la norma constitucional que establece la igualdad ciudadana ante la ley. Y, como es mi caso, hay quienes creemos que tambien viola el Derecho Natural.
Es escalofriante negarle a cualquier ser humano plenos derechos a la ciudadanía. A los negros en nuestro país se les negó dicha plenitud durante mucho tiempo lo mismo que a las mujeres. Hoy sucede parecido, por ejemplo, con el pueblo transgénero.
Todo ser humano, todo ciudadano de la república, debe tener derecho a la construcción de una identidad propia, a ser quienes son, a maravillarse y celebrarse, a la palabra sincera sin temor a represalia alguna; ello es lo menos que puede hacer una nación democrática culta y libre. Es lo menos que puede demandar un pueblo solidario.
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