sábado, 2 de junio de 2018

RESURECCION

Los seres humanos estamos hechos de razones. A todos nos gusta tener la razón. Ello es normal y necesario, El ser humano necesita de certidumbres para sostener el esqueleto emocional. Yo he buscado algunas certidumbres y las guardo, las pulo, con cariño. Pero el mundo no gira al mi alrededor y debo de coexistir en paz junto a otras razones que no son las mías.
Por ejemplo, yo tengo una certidumbre que brota de mi fe y que dice que Jesucristo literalmente resucitó; también me acompaña la certidumbre de que la religión no debe inmiscuirse en la lucha política por el control del Estado. La primera es una certidumbre nacida de la FE y no de la razón; la segunda tiene su engendro en la RAZÓN ética e histórica.
En el occidente cristiano, llegamos a la feliz idea de la democracia moderna porque concluimos de que todas las razones deben de coexistir en paz, las de la fe y la no-fe, y que para ello era indispensable el establecimiento del Estado secular o no confesional.
El máximo legado de nuestra civilización es que hay un entendimiento, un abc común, para dirimir en paz nuestros diferendos. Es cierto que con frecuencia el precepto se incumple, pero no es menos cierto que dicho alfabeto común es una joya que costó, literalmente, miles de años elaborarlo.
El alfabeto de la libertad y de su instrumento, la democracia, ciertamente no lo tenemos bien aprendido como humanidad. Y esa ignorancia espiritual nos causa mucho sufrimiento.
En cuanto a la resurrección de Jesús, mi lectura de la tradición cristiana sobre el tema es el de creerlo literalmente como cierto. Yo digo y creo que el Hijo del Hombre realmente resucitó como lo dicen los Evangelios.
Hay cristianos, no muchos pero los hay, que creen que la resurrección fue algo así como una metáfora. Están ellos condenados? Mi razón es que no. Mi lectura sobre los asuntos y textos divinos me lleva a creer que no hay delito ni pecado en las opiniones diversas, porque el Dios en el que creo no es perverso, ni narcisista o vanidoso.
El ser humano sufre la "condena" de tener que leer textos e interpretarlos. No hay otra. En ello consiste nuestra libertad,
Dios respeta todas nuestras opiniones, incluyendo las de los no-creyentes. Además, Dios no necesita ser convalidado por nuestros pareceres. Yo creo que Dios se pone triste, eso si, cuando no amamos o dejamos de amar.
Alguien me dirá “estas equivocado porque la Biblia dice…” y yo puedo replicar “tu lectura de la Biblia es deficiente por esto o aquello…” Leemos, interpretamos, un texto y del mismo podrían nacer discursos hasta opuestos. Por eso es que digo, con serenidad, que los seres humanos estamos hechos de ilimitadas razones y de certidumbres diversas. En mi caso, hoy en este bello domingo, declaro que Jesús el Cristo en verdad resucitó.

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