lunes, 5 de febrero de 2018

AYER NO TRIUNFO LA DEMOCRACIA

Ayer no triunfó la democracia. Ciertamente logramos votar en paz y libertad, además el costarricense fue a las urnas con un alto  nivel de civismo, su participación fue alta pero no triunfó la democracia. El partido que sacó más votos, el que triunfó limpiamente en términos de sufragio,  no es un partido demócrata y no posee una ideología democrática; se habla de un partido que exprofeso discrimina, que exprofeso levanta una “verdad absoluta”de exclusión y odio.  


La maravillosa gente PAC debe entender que vivimos un momento histórico en que se vislumbra el parteaguas político de nuestro tiempo: entre demócratas y antidemócratas. El demócrata cree en los derechos humanos, en el deber de gobernar para todos y todas, cree en el principio de igualdad ante la ley y cree en la educación científica. El antidemócrata podrá creer correcto medirse en un torneo electoral, pero los fines de su ideología totalitaria lo animan a no sonrojarse al proclamar que hay ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda.


Mucho pueblo que votó por la agenda totalitaria no lo hizo a sabiendas del impacto negativo que “su victoria” tiene para la democracia y sus instituciones.  Un pueblo emocionalmente manipulado, cegado por la superchería de sus líderes, fue llevado a blandir una navaja en contra de la democracia. Ayer no triunfó la democracia; triunfó una propuesta aberrante antidemocrática.


Los demócratas tenemos que acuerparnos  todos y triunfar con Carlos Alvarado a la cabeza en la segunda ronda. El demócrata consecuente no tiene otra salida, no tiene excusa para ser indiferente. Vamos con todo, con todas nuestras energías porque nuestra causa es bandera de la razón y de la democracia, de la libertad y la igualdad, y de la justicia y el decoro. El PAC se consolida como la primera ínea de defensa de la democracia frente a los crecientes engendros autoritarios.


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